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La llegada de frutas y plantas a Antioquia - Colombia

Fue un español, llamado Ferreiro Cervino, quien trajo a Antioquia, hacia la mitad del siglo XVIII, las primeras semillas de naranja china, níspero, zapote, mamey, marañón y caimo verde y morado. Y fue otro español, Manuel María Bonis, quien emigró a Jamaica después de la batalla de Boyacá, el que trajo a nuestro departamento, desde la isla caribeña, nada menos que el mamoncillo, además del sagú, la pamplemusa, el bienmesabe, la pomarrosa, y el mango número 11 (¿cuál será el mango número 11?).

El árbol del pan lo trajo desde Mariquita un tal José Pardo, quien lo sembró en Santa Fe de Antioquia. El tomate de árbol llegó desde Ecuador entre los bártulos de don José Manuel Restrepo, a quien también se le debe la siembra en el país de las primera semillas de pasto pará, que se las había enviado desde Venezuela el general Soublette.

El caimito y la pitahaya las trajo a Antioquia don José Félix de Restrepo y don Juan Santamaría introdujo en 1853 el mango número 8 (¿cuál será el mango número 8?).

Las primeras semillas de mandarina fueron traídas desde Europa por don Pastor Restrepo y los primeros palos de esta fruta crecieron en una finca de don Joaquín Santamaría. El primer madroño que hubo en Medellín lo sembró en 1812 doña Manuela Barrientos de Gómez, de una semilla que le envío desde Popayán la señora Rafaela Valencia de Arboleda. Y el primer árbol de níspero del Japón, que aún existía cuando Eduardo Zuleta escribió su artículo, se encontraba en la casa de Eusebio A. Jaramillo, de unas semillas que le envío desde San Francisco (California) al doctor Mariano Ospina Rodríguez su hija doña Mercedes.

En 1869, el señor Pastor Restrepo, ya mencionado, sembró en Medellín los primeros cuatro eucaliptos en el Parque de Bolívar, que entones se llamaba Plaza de Villanueva. Por lo demás, el curazao los trajeron desde Martinica don Pastor y don Roberto Restrepo y éste cultivó también ciruelas claudias, que fructificaron. Don Julio Isaza Ochoa introdujo el curazao rojo y también una enredadera llamada Palonegro que se consiguió en ese histórico campo de batalla de la Guerra de los Mil Días, y por eso fue bautizada con tal nombre. ¿Se imaginan ustedes a los combatientes de esa guerra fratricida que despidió el siglo XIX, echándose al bolsillo semillas de las plantas desconocidas para traerlas como recuerdo de la más sangrienta de las batallas?

Un último dato bien curioso, según Zuleta. Provenientes de Magangué, en 1862 llegaron a Medellín, los primeros cigarrillos por iniciativa de Alonso Ángel. Eran de la Casa Susini e Hijos y los compró todos un cubano de apellido Alustiza.

En fin, curiosidades rescatadas del olvido que hoy quiero compartir con los lectores. Porque la Historia también está hecha de minucias.