Robert E. Howard (1906-1936) No tan olvidado autor de novelas baratas, aunque las veces que se le recuerda siempre es por tres cosas: fue íntimo amigo de Lovecraft, creó el personaje de ‘Conan el bárbaro’ y perpetró un meticuloso suicidio. Cuando su madre entró en coma, Howard primero asegura el futuro de su obra, después pide prestado un revólver y pregunta a un médico sobre las posibilidades de sobrevivir a un disparo en la cabeza. La víspera de su suicidio reserva tres nichos en el cementerio local (uno para su madre agonizante, otro para su padre anciano y un tercero para él mismo) y al día siguiente se dispara un tiro en la cabeza en el interior de su coche. En su nota de suicidio reproduce unos versos que escribió cuando tenía 10 años.
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